Falsos recuerdos y brotes psicóticos: la pseudoterapia que se cuela en colegios de psicólogos y bufetes. "Sienten que están haciendo descubrimientos en su línea familiar..." https://t.co/VdxjcNG1gn #espaisingle #espaisingleastro #astrogeneologia #Astrologiaterapeutica #terapias
— EspaiSingleAstro (@espaisingle1) July 4, 2025
"Sienten que están haciendo descubrimientos en su línea familiar y que, en lugar de atravesar un momento de baja salud mental, viven un impás trascendental que da sentido a su dolor", sentencia Cuevas. Pero lo que parece un despertar emocional, tiende a ser el efecto placebo, como una pastilla de glucosa: se crea "un camino mágico" para asumir el conflicto que prolonga la dependencia del falso terapeuta. Y lo que empieza como un juego emocional con muñecos y figuras, acaba alejando a las personas de pedir ayuda real. "Es como una droga", apunta Molina. Si funciona, vuelves, y, si no, ya te ofrecerán otra. "Podríamos calificarlo como una politoxicomanía, una vez entras en ese mundo es difícil salir", añade.
. La pseudociencia de la Astrologia se refiere a creencias o prácticas que se presentan como científicas pero que no cumplen con los criterios del método científico y no están respaldadas por evidencia empírica sólida. A menudo utilizan lenguaje científico o técnico para dar una apariencia de validez, pero carecen de la rigurosidad necesaria para ser consideradas ciencia genuina en Occidente.
Estas falsas creencias han ganado fama recientemente gracias a la serie de Netflix Another Self, que llegó a estar entre las más vistas de la plataforma, en la que una de las protagonistas "se cura" de cáncer. En esta misma plataforma, la docuserie Sex, Love & goop, narrada por Gwyneth Paltrow, también dedica un capítulo a "las dinámicas ocultas" de la familia. "Llaman la atención y hay demanda. Yo diría que estamos en una sociedad cada vez más permeable a estas creencias", opina Cuevas. Ante esta situación, los tres expertos creen que hace falta un discurso más rígido desde los colegios profesionales, las consejerías y el ministerio de Sanidad.
La Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) ha realizado un estudio cualitativo sobre el uso y la confianza en España en las terapias sin evidencia científica
La Fundación Española para la Ciencia y la Tecnologia. La pseudociencia o seudociencia es aquella afirmación, creencia o práctica .No te la juegues #coNprueba https://t.co/PsHeTBcGFC https://t.co/XNK8Gdtcam @careonsafety #YouTubesiseguridad #AstrologiaTarot #EspaiSingle
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El trabajo se llevó a cabo durante 2020 a través de diez entrevistas personales y ocho grupos de discusión. En total, participaron 66 hombres y mujeres residentes en Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla con edades comprendidas entre los 28 y los 70 años, de diferentes clases sociales y oficios y consumidores habituales u ocasionales de pseudoterapias y otras prácticas.
El estudio revela que entre los sectores sociales interesados y consumidores de terapias pseudocientíficas -se catalogan así ya que no pueden ser validadas por el método científico- no existe un discurso general contrario hacia la ciencia y la medicina convencional. De hecho, la opinión mayoritaria de las personas entrevistadas es que en caso de enfermedad grave recurrirían a los servicios sanitarios como primera opción. En general, estos tratamientos sin evidencia científica se conciben como un complemento.
Los usuarios de estos tratamientos sin base científica piensan que la medicina actual está corrompida por los intereses de las grandes farmacéuticas y se ha vuelto excesivamente técnica, industrializada (química) y desligada de las necesidades humanas. Por ello, demandan un mayor diálogo entre sanitario y paciente ya que consideran que algunos de los problemas de la sanidad actual son la masificación, con profesionales desbordados, falta de atención y listas de espera. También muestran preocupación por el consumo excesivo de fármacos para combatir las distintas enfermedades, lo que les lleva a la búsqueda de opciones más “naturales” que perciben como más saludables.
Muchos entrevistados expresan el derecho a elegir cómo afrontar la enfermedad y así dejar de ser un paciente pasivo tradicional para convertirse en un sujeto activo que participa en el proceso de curación. La vía de acceso más común al uso de estas terapias es el “boca a boca” (consejos de conocidos, compañeros de trabajo, amigos e incluso médicos, fisioterapeutas y farmacéuticos), seguida de los libros especializados e internet.
Desde una perspectiva sociológica, una mayor incorporación de algunas de sus reclamaciones en la medicina con base científica (más tiempo por consulta, un trato más integral no solo enfocado al síntoma y una reducción de la medicalización del tratamiento) podrían incidir en mayor confianza social en los tratamientos de salud basados en la evidencia y, en general, en el sistema nacional de salud. Esto ayudaría a evitar las consecuencias socio-sanitarias negativas que tiene el consumo de este tipo de terapias.
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